PADRE HAS DE NOSOTROS UN INSTRUMENTO DE TU PAZ
 

CARTA DEL SECRETARIO DE LA CONGREGACIÓN PARA EL CLERO
MONS. MAURO PIACENZA


Queridísimos Sacerdotes:

Dentro de unas dos semanas –viernes 19 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús– podremos vivir un intenso momento de fe, muy unidos al Santo Padre y entre nosotros, cuando en la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano celebraremos las Vísperas y comencemos el Año Sacerdotal.

Estamos ciertamente llamados a la conversión cada día, pero en este Año lo estaremos de una manera muy particular, juntamente a cuantos han recibido el don de la Ordenación sacerdotal. ¿A qué debemos convertirnos? Conversión para ser siempre más auténticamente aquello que somos, conversión hacia nuestra identidad eclesial para un ministerio que sea absolutamente consecuente con dicha identidad, con el fin de que una renovada y alegre conciencia del nuestro “ser” determine nuestro “hacer”, o mejor, ofrezca el espacio a Cristo, Buen Pastor, para que Él pueda vivir dentro de nosotros y actuar a través de nosotros.

Nuestra espiritualidad no puede ser otra que la de Cristo, único y Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento.

En este Año, que el Sumo Pontífice ha providencialmente proclamado, buscaremos todos juntos la referencia a la identidad de Cristo, Hijo de Dios, en comunión con el Padre y el Espíritu Santo, hecho Hombre en las entrañas virginales de María; a su misión de revelar al Padre y a su admirable diseño de salvación. Esta misión de Cristo comporta también la construcción de la Iglesia: El Buen Pastor (cfr. Jn 19, 1-21), que da su vida por la Iglesia (cfr. Ef 5, 25).

Convertirse sí, cada día, para que el estilo de vida de Cristo sea cada vez más el estilo de cada uno de nosotros.

Debemos ser para los hombres, debemos comprometernos a vivir en comunión con el santo y divino amor con la gente; una amor que da la vida (he aquí incisa la riqueza del sagrado celibato), que obliga a la solidariedad auténtica con los que sufren y con los pobres de toda pobreza.

Debemos ser obreros para la construcción de la única Iglesia de Cristo por lo cual debemos vivir fielmente la comunión de amor con el Papa, con los Obispos, con los hermanos sacerdotes y con los fieles. Debemos vivir la comunión con el camino jamás interrumpido de la Iglesia en el interior del Cuerpo místico.

Debemos poder correr espiritualmente en este Año “dilatato corde” correspondiendo a nuestra vocación para así poder mejor decir con verdad: “no soy yo quien vive, es Cristo que vive en mi” (Gal 2, 20).

La santidad de los sacerdotes esparce todo un beneficio al Cuerpo eclesial y es por eso que los fieles ordenados –como también los seminaristas, religiosos, religiosas y fieles laicos–, podremos encontrarnos todos juntos en la Basílica Vaticana, en ocasión de la Vísperas presididas por el Santo Padre, después de haber acogido la reliquia del corazón de aquel luminoso modelo, que es San Juan María Vianney.

Todos aquellos que no tendrán ocasión de estar presentes podrán unirse espiritualmente en sus propios lugares.

Entrada a la basílica a las 16,00.

Llegada de la Reliquia a las 17,30. Seguirá la celebración de las Vísperas.

Los billetes para la entrada se deberán pedir por medio de fax (+39 0669885863) a la Prefectura de la Casa Pontificia y se entregarán un día antes en el “Portone di Bronzo”, debajo de la columnata, al lado de la Basílica.

Los Sacerdotes vestirán el hábito propio; los Religiosos el del Instituto al que pertenecen.

El Año Sacerdotal terminara con una Reunión Internacional en Roma, los días 9-10-11 de junio de 2010. Se dará amplia información sobre el tema durante este mes de junio.

Todos cuantos tengan interés en participar y para cualquier asunto pueden ponerse en contacto con la “Opera Romana Pellegrinaggi”, Via della Pigna 13/a, I-00186 Roma – tel. (0039)06-698961.

Mauro Piacenza
Arzob. Tit. de Vittoriana
Secretario

ORACION POR LAS VOCACIONES

Dios, Padre y Pastor
de todos los hombres,
Tú quieres que no falten hoy día,
hombres y mujeres de fe,
que consagren sus vidas
al servicio del evangelio
y al cuidado de la Iglesia.

Haz que tu Espíritu Santo
ilumine los corazones,
y fortalezca las voluntades de tus fieles,
para que, acogiendo tu llamado,
lleguen a ser los Sacerdotes y Diáconos,
Religiosos, Religiosas y Consagrados
que tu Pueblo necesita.

La cosecha es abundante, y los operarios pocos.
Envía, Señor, operarios a tu mies.

Amén
Oración por los sacerdotes
Autor: Padre Santiago Alberione


Jesús, Sacerdote eterno,
guarda a estos ciervos tuyos,
en el recinto Santo de tu Corazón,
donde nadie pueda hacerles daño alguno;

Guarda inmaculadas sus manos consagradas
que a diario tocan tu Sagrado Cuerpo;
guarda sin mancha esos corazones sellados
con el sublime carácter del Sacerdocio;

Haz que tu Santo amor los envuelva
y separe del contacto del mundo.

Bendice sus trabajos, con frutos abundantes,
y sean las almas por ellos dirigidas y administradas,
su consuelo y gozo aquí en la tierra
y después su hermosa corona en el cielo.
Amén
Oración por los jovenes.
Autor: Lorenzo González Kipper


¡Padre Santo! te pedimos por los jóvenes,
que son la esperanza del mundo.
no te pedimos que los saques de la corrupción
sino que los preserves de ella.

¡Padre! No permitas que se dejen llevar
por ideologías mezquinas.
que descubran que lo más importante
no es ser más, tener más, poder más,
sino servir más a los demás.

¡ Padre! Enséñales la verdad que libera,
que rompe las cadenas de la injusticia,
que hace hombres y forja santos.

Por en cada uno de ellos, un corazón universal
que hable el mismo idioma,
que no vea el color de la piel,
sino el amor que hay dentro de cada uno.

Un corazón que a cada hombre le llame hermano,
Y que crea en la ciudad que no conoce las fronteras,
Porque su nombre es universo, amistad, amor, Dios.
¡ Padre Santo! Cuida a nuestros jóvenes.
Amen
ORACIÓN POR LA PATRIA


Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
Oracion por la familia

Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos; que nadie esté sólo, ni en la indiferencia o el aburrimiento; que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados, que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido.
Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo, pero no más importante que la alegría; que la comida sea el momento de alegría y de conversación; que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo; que la riqueza mayor sea estar juntos.

Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención; que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos; que el mañana no nos dé miedo, porque Dios siempre está cerca; que cada gesto esté lleno de significado; que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da.

Señor, que nuestra casa sea el lugar de acogida como la casa de Marta, María y Lázaro en Betania.

Amén.
PADRE BUENO HAZ QUE NUESTRO CORAZÓN ARDA DE ALEGRÍA AL ESCUCHARTE HABLAR Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
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